Suspendido Por Lluvia
La tarde esta llorando, y no es por ti ni por mi. Este asunto del biombo climático al parecer pone de mal semblante al cielo que suelta los lagrimones en los momentos menos oportunos. Es como aquella vecina que cuenta los dramas de cebollón mexicano en el almacén de barrio, por mí que la nuera la llene de nietos, me da igual, pero por compasión y una no menor cuota de protocolo asientes a todas sus observaciones. Así es cuando el cielo moquea y parece caerse a pedacitos, impide que inicies camino al partido que tienes por jugar, inunda la cancha y los contrincantes-amantes no pueden salir al campo de juego.
Al menos queda el consuelo de que se desplome el arca celeste ya finalizado el encuentro, cuando ambos equipos estén exhaustos, sin energía, sedientos de sudor, hambrientos de piel, agotados de pasión. El mal clima impide la retirada y no hay mas remedio que esperar entre los pechos que nos suplican la eterna siesta post encuentro. Pero no, siempre sucede antes, y ahí queda todo, suspendido por lluvia.
P.D.: El señor lector seguramente se preguntará por qué la lluvia impediría tan rotundamente la reunión de los interesados en acoplarse. Si desea hacer una averiguación de carácter empírico al respecto dé un paseo por Gran Avenida un día de lluvia.
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